Beethoven completamente sordo, componiendo música, dirigiendo orquestas. No nos cabe en la cabeza...
Hay una explicación (no de su genialidad, sino de la posibilidad de "escuchar", imaginar sonidos, sin percibir realmente ninguna vibración externa procedente de ningún instrumento o voz): Beethoven tenía oído absoluto.
Otros grandes compositores también lo tuvieron, pero, digamos que el que más lo rentabilizó fue él: le vino de perlas. Aunque no percibiera ningún sonido desde la orquesta que dirigía, por ejemplo, sabía perfectamente cómo sonaban los violines, flautas, oboes, clarinetes, trompetas, etc, etc... ¡y a la vez! ¡Con entradas sucesivas! ¡Con matices de intensidad diferentes! Buf...
Imaginaos que oís un sonido y le llamamos "do", por ejemplo. A partir de ahí, si seguimos subiendo mentalmente, podríamos completar toda la escala musical ¿no?. Bueno: eso es tener "oído relativo", porque distinguimos las notas por "relación", teniendo un sonido de referencia. El que ha desarrollado el oído absoluto no necesita ninguna referencia.
En la película Copying Beethoven podemos imaginar un poquito qué sentiría Beethoven el día del estreno de la 9ª sinfonía.
Aquí tienes otro fragmento de la película donde aparece el famoso Himno a la Alegría incluido en la misma 9ª sinfonía.
Y para acabar, el vídeo prometido: ¡un perro con oído absoluto!
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