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2 de junio de 2012

Mozart... ¡ladrón!

Ya sabemos que Mozart era un músico genial, del que conservamos composiciones cuando sólo tenía 5 años.
Pero no solamente llama la atención su precocidad para componer, también la capacidad de retener en su memoria melodías y armonías (acordes) tras una sola audición.
En la película Amadeus ya vimos un pequeño ejemplo:

Ahora os vamos a contar otra anécdota que prueba una vez más su talento extraordinario...
Su padre le llevó, siendo todavía un niño, y más tarde, en la adolescencia, de gira por varias cortes europeas. Bien, pues a los 12 años, su padre y él pasaron por Roma y fueron a escuchar en la Capilla Sixtina una obra llamada Miserere, del compositor Gregorio Allegri. Esta obra se interpretaba a la luz de 13 velas, que representaban a Jesús y los 12 apóstoles, algunos días de la Semana Santa. Las velas se iban apagando, una a una, hasta acabar escuchando la música en completa oscuridad. El papa Urbano VIII, percatándose del poderoso efecto de esta música, prohibió su transcripción, asegurándose así la interpretación en exclusiva. El osado que se atreviera a desobedecer al papa sería excomulgado.
Pues bien: Mozart escuchó la obra y, de regreso a su alojamiento, transcribió nota a nota los 12 minutos de música escuchados.
Sí, sí, has leído bien: 12 minutos de música polifónica (2 coros, uno a 4 voces y el otro a 5 voces), en una sola audición. Escucha el Miserere y juzga por ti mismo...

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