Colocar los sonidos en sitios inesperados, acentuar a contratiempo, "sincopar" la medida... son recursos que persiguen el mismo fin: dar vida al ritmo.
Otra forma de tocar esas 2 corcheas es emplear el estilo "shuffle": la primera valdría dos tercios y la segunda un tercio de pulso (¿quién ha dicho que la música no contribuye a desarrollar la competencia matemática?).Fíjate en este ejemplo: cada pulso contiene tres corcheas. A partir del tercer compás, aparece el ritmo negra-corchea.
Aunque el siguiente vídeo está en inglés, fíjate en la división ternaria del pulso (3 golpes de platillo por cada golpe de bombo).
Y todo esto, los músicos lo hacen de forma intuitiva, no se ponen a restar ni sumar en mitad de una improvisación...Escuchan, sienten el ritmo y se dejan llevar...
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